SINTOMAS:
Los síntomas están provocados por la disminución de los componentes de la sangre.
- La reducción de glóbulos rojos y de hemoglobina puede provocar síntomas de anemia, como cansancio, debilidad y dificultad respiratoria.
- La disminución de glóbulos blancos o de proteínas del sistema inmunitario puede provocar fiebre recurrente e infecciones.
- La disminución de las plaquetas o de los factores de coagulación puede causar hemorragias anómalas y hematomas.
Algunos trastornos sanguíneos provocan un aumento del espesor de la sangre causado por la mayor presencia de proteínas inmunitarias, glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) o plaquetas (trombocitos). Esta sangre espesa (más viscosa) puede tener dificultades para pasar a través de los vasos sanguíneos más finos, disminuyendo el flujo sanguíneo a determinadas zonas del organismo y provocando una enfermedad grave llamada síndrome de hiperviscosidad. Las personas afectadas pueden experimentar síntomas como dificultad respiratoria, dolor de cabeza, mareos y confusión. El síndrome de hiperviscosidad puede ocurrir en personas con mieloma múltiple, debido al aumento de las proteínas del sistema inmunitario.
Los trastornos de la sangre a menudo causan síntomas que también pueden ocurrir en otros trastornos. Por ejemplo, la debilidad y la dificultad respiratoria causada por la anemia pueden estar provocadas por otras enfermedades que afectan al suministro de oxígeno al organismo, como los trastornos cardíacos o pulmonares. Por otro lado, la facilidad para que surjan moratones, un síntoma sugerente de un trastorno de la sangre, puede estar causada por otras enfermedades, especialmente trastornos de los vasos sanguíneos o por el consumo de diversos fármacos, como la aspirina (ácido acetilsalicílico).
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